Día uno: me he olvidado de hablarte.
Día dos: espero a que me hables.
Día tres: no voy a dar importancia a que no hablemos en dos días.
Día cuatro: seguimos sin hablar, algo pasa.
Día cinco: hace días que no hablamos y noto algo extraño.
Día seis: espero.
Día siete: algo le pasa.
Día ocho: alguien le pasa, bueno, le está pasando por su vida.
Día nueve: ya no tengo nada que hacer por las noches.
Día diez: decido quedarme casi toda la noche en vela, esperando que me hables, mirando tus últimas conexiones. No lo haces.
Día once: parece que ya no te apetece hablar conmigo.
Día doce: ¿qué va a pasar con nosotros?
Día trece: me echo a llorar.
Día catorce: no sé que nos ha pasado, ¿he hecho algo mal?
Día quince: han pasado dos semanas y ya no hablamos.
Día dieciséis: me ha olvidado.
Día diecisiete: no estoy bien.
Día dieciocho: te veo pasear de la mano con otra.
Día diecinueve: rumores me llegan. Dicen que estás con otra.
Día veinte: llego a la conclusión de que era ella lo que te pasaba.
Día veintiuno: no puedo no hablar contigo.
Día veintidós: me hundo, no tengo ganas de nada.
Día veintitrés: otra noche más llorando en la cama.
Día veinticuatro: la almohada ya se ha acostumbrado a mis lágrimas.
Día veinticinco: me hablan de ti.
Día veintiséis: hago que estoy bien.
Día veintisiete: recuerdo todos los momentos juntos, todos. No se van de mi cabeza, recuerdo ese día y me hundo más.
Día veintiocho: ¿qué nos ha pasado?
Día veintinueve: sigo pensando en ti.
Día treinta: ha pasado un mes y no puedo entender nada, desapareciste así sin más, me has dejado sola. Has dejado un vacío en mi interior que nadie puede ocupar, lo que sentí por ti no lo sentí por nadie. Lloro, a oscuras en mi habitación.
Día treinta y dos: te di todo de mí y tú no lo querías.
Día treinta y tres: vuelvo a preguntarme qué es lo que hice mal.
Día treinta y cuatro: te echo de menos.
Día treinta y cinco: intento odiarte pero no me sale, han sido demasiadas las cosas buenas que hemos hecho juntos, los ratos que hemos pasado y no los quiero olvidar, ni lo voy a hacer:
Día treinta y seis: vuelvo a verte, estás más guapo que nunca.
Día treinta y siete: pequeñas indirectas son las que distingo por las redes sociales.
Día treinta y ocho: me distraigo y hoy no pienso en ti.
Día treinta y nueve: nos miramos y no decimos nada.
Día cuarenta: ha pasado mucho tiempo y yo sigo aquí sin respuestas creyendo que todo fue mi culpa.
Día cuarenta y uno: esta historia nunca tendrá punto final, siempre se quedará a medias.
Día cuarenta y dos: tirada en la cama no tengo ganas de nada.
Día cuarenta y tres: me limito a hacer las cosas por obligación.
Día cuarenta y cuatro: estoy melancólica.
Día cuarenta y cinco: me cansan las personas que hay a mi alrededor.
Día cuarenta y seis: estoy cambiando.
Día cuarenta y siete: no me importa nada.
Día cuarenta y ocho: la gente me pregunta qué me pasa. Yo no sé qué contestar.
Día cuarenta y nueve: estoy vacía, desde que te fuiste no tengo ganas de nada, has dejado un hueco que nadie va a volver a llenar, lo sé, lo supe desde el principio.
Día cincuenta: hace mucho que no te veo y te extraño.
Día cincuenta y uno: tengo que intentar salir de esta.
Día cincuenta y dos: no puedo seguir atada a ti.
Día cincuenta y tres: decido que no te volveré a hablar.
Día cincuenta y cuatro: dicen que cuando quieres a alguien tienes que dejarlo libre y que si te quiere volverá.
Día cincuenta y cinco: intento creer la teoría del día anterior.
Día cincuenta y seis: alguien aparece.
Día cincuenta y siete: alguien me molesta, es el mismo de ayer.
Día cincuenta y ocho: me doy cuenta de que ya no soy la misma.
Día cincuenta y nueve: al menos ya no pienso tanto en ti.
Día sesenta: siempre te he querido.
Día sesenta y uno: han pasado ya dos meses desde que estábamos bien.
Día sesenta y dos: no te veo desde hace tiempo y eso me ayuda y a la vez no.
Día sesenta y tres: salgo a la calle y espero verte, no lo hago.
Día sesenta y cuatro: ya no puedo seguir con esto.
Día sesenta y cinco: de ahora en adelante pensaré solo en mí.
Día sesenta y seis: finjo ser feliz.
Día sesenta y siete: la gente sigue preguntándome qué me pasa.
Día sesenta y ocho: llevo así mucho tiempo y me niego a seguir mal.
Día sesenta y nueve: hoy no me he acordado de ti.
Día setenta: con tanto estrés del instituto no me acuerdo de ti.
Día setenta y uno: hoy solo puedo pensar en estudiar.
Día setenta y dos: hoy me dedico a ir de compras.
Día setenta y tres: hoy me dedico a cantar.
Día setenta y cuatro: una buena tarde tirada en el sofá viendo películas.
Día setenta y cinco: alguien aparece.
Día setenta y seis: ese alguien me distrae.
Día setenta y siete: sé lo que sentías y por qué te fuiste, te comprendo y ahora cada vez me vuelvo más como tú.
Día setenta y ocho: este chico me cansa.
Día setenta y nueve: este chico no me deja en paz.
Día ochenta: se acabó, no quiero saber nada más de este chico.
Día ochenta y uno: exámenes finales, no puedo distraerme.
Día ochenta y dos: más exámenes, solo vivo para eso.
Día ochenta y tres: que acabe ya esto.
Día ochenta y cuatro: hoy salgo de fiesta y conozco a alguien.
Día ochenta y cinco: hablo con el chico de anoche pero hay algo que no cuadra.
Día ochenta y seis: no sé, me gustaría estar con alguien y este chico tiene todas las papeletas.
Día ochenta y siete: no hablamos demasiado pero está bien, me gusta, pero no siento lo mismo que sentí por ti en su momento.
Día ochenta y ocho: me lío con ese chico.
Día ochenta y nueve: nueva fiesta, te encuentro ahí.
Día noventa: me hablas, de nuevo, han pasado tres meses casi y ayer estuviste en mis brazos, no quería soltarte, me negaba a ello, te he extrañado muchísimo pero ahora tengo que ser fuerte, no puedo dejar que me vuelvas a hacer pasar por lo que he pasado, aunque puede que eso me lo buscase yo sola, o puede que intente echarme la culpa de ello. No sé, tu perfume me rodea.
Día noventa y uno: la historia continúa y no acaba aquí, no acaba, no creo que lo haga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario